Palabra de Dios. La risa como fuente de salud ya aparece en la Biblia. "Un corazón alegre es como una buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos". El hombre, el único animal dotado con la capacidad de reír, siempre ha tenido a mano un considerable poder curativo que, en muchas ocasiones, no ha sabido usar. Un viejo consejo chino afirma que para estar sano hay que reír 30 veces al día. Los expertos consultados dicen que vale con tres, siempre y cuando cada sesión dure al menos un minuto.
Espíritus alegres. El profesor medieval de Cirugía Henri de Mondeville señalaba que la alegría era una herramienta definitiva para ayudar a recuperar a los pacientes, cuyas vidas debían dirigirse hacia la felicidad. Para llegar a tan ambiciosa meta, De Mondeville lo tenía claro: "Hay que permitir que sus pacientes y amigos lo alegren y que alguien le cuente chistes... Mantener el espíritu del paciente con música de violas y salterios de diez cuerdas".
Bufones. En el Medievo llegó a tenerse al bufón por un auténtico sanador. La estrella de la época era Bernardino II Matello, que vivió a finales del siglo XV al servicio de Isabel de Este. Cuando el hermano de ésta, Alfonso -esposo de Lucrecia Borgia- enfermó, envió a Matello. Meses después, éste regresó con una carta de un Alfonso recuperado: "Es imposible que imagine nadie el recreo y placer que me ha proporcionado este bufón, él ha sido la causa de que la carga de mi enfermedad pareciese más ligera".
Publicado en: http://www.elmundo.es/magazine/num138/textos/risa.html
Por Pedro Simón. Ilustraciones de Ricardo y Nacho.
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